Esta
raza de origen francés forma parte de la gran familia de los mastines.
Aún siendo de tamaño mediano, resulta un perro de gran fuerza y
potencia, con un carácter firme y decidido que lo convierten en un óptimo
perro de guardia.
Es una de las razas francesas más antiguas, proveniente de los mastines
orientales llegados a Europa con las hordas bárbaras. En épocas más
recientes otras razas han contribuido a la definición de este perro:
seguramente el Mastiff, el Bulldog Inglés y el Dogo Alemán. El
resultado que se ha obtenido es un perro de enorme fuerza y potencia en
menoscabo de la agilidad y velocidad. Antiguamente era también
utilizado para la caza de grandes animales y para los combates en las
arenas. Posteriormente, una vez que se terminaron las grandes cacerías
y aquel tipo de espectáculos de circo, su popularidad disminuyó
sensiblemente, limitándose su empleo a custodiar las propiedades.
Su aspecto general da idea de gran fuerza y potencia. La cabeza es muy
voluminosa y con una serie de pliegues bastante marcados. El hocico es
corto, potente y su dentadura muy fuerte (ligeramente prognata). Labio
abundante, ojos bastante distanciados entre sí de color ámbar oscuro.
Las orejas colgantes, no muy grandes son de inserción bastante alta. El
tronco tiene un tórax amplio y bien redondeado, las extremidades son
muy musculosas. El color varía del caoba al leonado dorado, la piel es
moderadamente abundante. El pelo es fino y corto. Es importante que su
andar sea muy elástico y ponga majestuosamente en evidencia su gran
potencia.
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